Todas las obras literarias de este blog están registradas en Safe Creative

Safe Creative #1001120107579

viernes, 11 de febrero de 2011

NOCHE DE MIEDO (Y 5)


Imagen: El enigma de Hitler. Salvador Dalí.


TRANSFORMACIÓN

Me he despertado con la sensación de no ser yo mismo. Al toser me di cuenta de que lo hacía en alemán, como estoy estudiando ese idioma, no he prestado mucha atención al fenómeno. Sí me extrañó el odio repentino hacia la raza judía que me creció en el cerebro mientras me ataba los zapatos.

Al lavarme la cara, el rostro del espejo no era el mío… Me había transformado en Adolf Hitler.

No me gusta ser él, pensar como él se me antoja insufrible. He llamado a un amigo para que venga a verme; mi amigo es un experto en temas paranormales pero no ha sabido darme una explicación del fenómeno.

- Intenta dormir, tómate un calmante, seguro que mañana estarás mejor y volverás a ser tú mismo – me ha dicho.

Tomé unas píldoras y me acosté. Dormí toda la tarde, a eso de las 12 de la noche, me he despertado con unas ganas terribles de invadir Polonia.

Ahora son las 3 de la mañana y se me ha ocurrido una solución definitiva para acabar con “el problema judío”.

No quiero ser él. He tomado una decisión. Miro el prospecto de los calmantes, hay suficientes aún para ingerir una dosis letal. Mientras el sueño me va venciendo, miro la fecha de hoy en el reloj despertador, es 30 de abril.

miércoles, 9 de febrero de 2011

NOCHE DE MIEDO (4)


Imagen: Aparición. Autor: El Rey Peste.


EL RELOJ

Tenía todos los años de su vida amontonados en la cara. Al levantarse de la siesta aquella tarde, descubrió que había perdido algunos. “Los habré dejado con el reloj encima de la mesilla” –pensó. Fue a buscarlos. Allí estaba el reloj de oro que le regalaron cuando se jubiló, pero los años no aparecían. El reloj estaba parado a las cuatro menos veinte. Entonces sintió un escalofrío y comprendió que era un fantasma.

lunes, 7 de febrero de 2011

NOCHE DE MIEDO (3)

EN EL MUSEO



Imagen: Desesperación. Autor: Giotto di Bondone (1267-1337)


Estaban a punto de cerrar el museo; me gusta pasear por las galerías semidesiertas a esa hora, me siento más cerca de mí mismo. Entré en la sala de los retablos; había un hombre que miraba un Cristo crucificado. Era una tabla del siglo XIV ó XV en cuyo ángulo inferior izquierdo estaba representado Judas ahorcado; a sus pies, un letrero rezaba: “Judas: el Traidor”.
Al notar mi presencia, el hombre se volvió con el rostro congestionado por el llanto. Intenté consolarle; me agarró de las solapas y, con ojos suplicantes repetía: “Yo no fui. No lo hice. Tienes que creerme”.
- Claro – dije intentando que se calmara y que no notara el miedo en mi voz – Pero ¿qué es lo que no hiciste?
Salió corriendo; fui tras él pero no pude encontrarle. Volví dentro y miré con atención el cuadro. En el ángulo inferior izquierdo, el cartel decía con letra temblorosa: “YO NO LO HICE”.