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viernes, 14 de junio de 2013

FANTASMA

Saludos, mortales:
Hace largo tiempo que no pongo nada aquí. Hoy quiero hacer un experimento, voy a tratar de escribir un cuento "a vuelapluma". Abro con una frase de un cuento de Kawabata, titulado "Sin palabras" y, a partir de esa frase, empezaré a hilar el relato.
Espero vuestros comentarios.

El que habla a un fantasma queda paralizado. Embrujado.
(Yasunari Kawabata)

 
Llevaba unos días sin dormir bien. Cada vez que cerraba los ojos, sentía una presencia al lado de su cama, una presencia que lo inquietaba y le obligaba a encender la luz de la mesita de noche para comprobar que en el cuarto sólo respiraba él. 

Apagó la luz. "Qué tonto" -pensó- "mira que asustarme así, a mi edad". Sin embargo, al cabo de apenas cinco minutos, volvió a despertar con un alarido helado en la garganta. Encendió la luz y allí estaba. 
El fantasma le pidió que no se asustara, que no iba a hacele daño, sólo quería sentirse acompañada durante la noche. Le contó que era por las noches cuando los espectros se sienten más solos, cuando todo lo vivo descansa.

-Pero -comenzó a decir- ¿eres un fantasma real?

-Todo lo real que tu mente me deje ser. Si crees que sólo soy una alucinación, o un sueño, eso mismo seré. Pero, si crees que realmente soy un espectro, entonces, seré un espectro.

-Es decir, ¿que depende de mí el que existas o no?

-Exactamente.

-Entonces... no sé, verás, siempre he sido un racionalista empírico, nunca creí en fantasmas, ni en duendes, ni hadas... bueno, creo que me comprendes.

-Sí, claro, a mí me pasaba igual cuando estaba viva. ¿Y bien?

-¿Y bien? ¿qué?

-¿Qué vas hacer de mí?

-¿Sabes una cosa? Me has caído bien, no das miedo.

-¿Por qué habría de darlo?

-No sé, cuando era niño, me asustaban los fantasmas. No es que viera ninguno, me asustaba la posibilidad de su, de vuestra existencia.

-Te aseguro, que no tienes que temer. Por cierto, creo haber entendido que aceptas mi existencia como fantasma. ¿Sabes qué les pasa a los mortales que hablan con un fantasma?

En aquel momento, el joven cayó en un silencio del que no volvió a salir nunca más.

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